18 marzo 2007

El primer largometraje animado

Por si alguien aún se lo preguntaba, el primer largometraje de animación de la historia se realizó en Argentina.
Nacido en Italia, pero emigrado a Argentina a la edad de cuatro años, Quirino Cristiani fué caricaturista de prensa contratado por Federico Valle quien le proporcionó la posibilidad de realizar cortometrajes que gustaron y que facilitaron que el 9 de noviembre de 1917 se estrenara El Apóstol, el primer largometraje de animación de la historia. Su argumento: Indignado por la decadencia moral de los argentinos, el presidente electo Hipólito Yrigoyen sueña con ascender al Olimpo, convertido en el apóstol de la redención nacional. Tras discusiones con los dioses, el presidente obtiene un rayo de Júpiter para incendiar la ciudad de Buenos Aires y reconstruirla. Finalmente todo es un sueño y el presidente despierta en la realidad.
En 1929 Cristiani elaboró otro largometraje en la que volvía a burlarse del presidente Yrigoyen, cuyo título hacía referencia al apodo del presidente: Peludópolis. Estrenada el 16 de septiembre de 1931, convirtiéndose en el primer largometraje animado sonoro de la historia.
En 1938, el escritor Constancio C. Vigil, le pidió que rodara una versión cinematográfica de uno de sus relatos cortos (El mono relojero). La película no tuvo éxito, por lo que la idea de hacer más adaptaciones se truncó. Poco a poco Cristiani fue dejando su labor como animador.
Tristemente, en la actualidad, no existen originales ni copias de sus películas, parece ser que se quemaron junto con su estudio. Quedan algunos escritos, bocetos y algún material pudo salvarse, aunque no sea lo mejor, resulta simpático:

El mono relojero (1938).


Bibliografía: Cartoons. 110años de cine de animación. Giannalberto Bendazzi.

1 comentario:

soy yo dijo...

El argumento del corto es un poco tontorrón, pero me gustan los relojes que salen al principio.